viernes, 24 de mayo de 2019

Etnografía institucional como aproximación al habitar cotidiano


Etnografía institucional como aproximación al habitar cotidiano



El presente artículo indaga en el enfoque de investigación y metodología de Etnografía Institucional (EI) como un modo de acercamiento teórico y metodológico a los fenómenos sociales, tomando como punto de partida las experiencias cotidianas, situadas y encorporadas. En particular, la EI se ha desarrollado para develar la manera en que las personas vivencian procesos institucionales de control en la vida cotidiana, cómo los sujetos se relacionan con complejos institucionales y cómo éstos moldean el continuo de sus vidas cotidianas. Siguiendo a Smith (2006, p. 3), la EI “no pretende ser una manera de descubrir el mundo cotidiano como tal, sino de mirar más allá de lo cotidiano para descubrir cómo llegó a suceder como lo hace”. La EI plantea una manera de analizar los fenómenos sociales explicitando a los investigadores en el lugar que están situados, y haciendo de la “experiencia directa del mundo cotidiano el terreno primario de su conocimiento” (Smith, 1974, p. 11).

 La EI pone énfasis en una forma de generar conocimiento con foco en la experiencia de los sujetos, que es siempre localizada y particular (Smith, 1987). De acuerdo con Dorothy Smith (1992), la EI es un modo de acercamiento que toma un “diferente punto de partida” (standpoint), que comienza en la experiencia cotidiana para, a partir de ella, identificar las problemáticas de investigación, entendidas como un desajuste entre lo que es experimentado por las personas en su cotidianidad y la abstracción que se realiza sobre ellas por medio de un régimen institucional que produce relaciones de control. En definitiva, el objetivo es rastrear cómo se moldean las vidas de las personas (Deveau, 2008). 

De esta forma, la EI se diferencia de la Etnografía de las instituciones, desarrollada desde la Antropología en trabajos como los de Shore (2000), Fassin (2013 [2011]) o Lins-Ribeiro (2001), ya que esta última considera a las instituciones en sí mismas como locus del trabajo de campo etnográfico, indagando los efectos que una organización singular tiene sobre las experiencias de individuos concretos. Mientras que la EI rastrea, a partir de la experiencia situada, cómo opera un régimen institucional amplio, modelando translocalmente esas experiencias, a través de la generación de relaciones de control que operan simultáneamente en diferentes localizaciones.

La EI toma su impulso desde una Sociología feminista (Smith, 1992, 1990 y 1987) y posteriormente se propaga a una variedad de campos y disciplinas de investigación, principalmente en torno a la crianza (Griffith y Smith, 2004; Griffith, 1995), la salud (Campbell, 2014; Paulsen, 2015; Ng et al., 2013; Rankin y Campbell, 2006 y 2009) y la educación (Griffith y Smith 2004; Grahame, 1998; O’Neill, 1998; Griffith, 1995), así como se ha desarrollado con bastante éxito en diversos contextos debido a su capacidad explicativa y comprensiva. Sin embargo, la amplia literatura en EI, principalmente en inglés, aún es poco trabajada en América Latina y adaptada a procesos locales, menos aún se ha aplicado para comprender el accionar de intervenciones urbanas.

Este artículo tiene dos propósitos: por un lado, presentar los puntos fundamentales de análisis de esta estrategia como herramienta de investigación y, en segundo término, explorar una puesta en práctica en el campo de los estudios urbanos.

La ciudad es habitada por medio de una diversidad de prácticas cotidianas que se contraponen, resisten y subvierten el conocimiento experto sobre esta, a partir de diversos saberes y conocimientos de carácter cotidiano (Jirón y Mansilla, 2014). No obstante, las intervenciones urbanas se sustentan hegemónicamente en conocimientos expertos de carácter tecnocientífico de orden positivista, que tiende a generar un impacto directo sobre la territorialidad de los habitantes, moldeando la experiencia de habitar la ciudad a través de su fragmentación espacial y temporal.

El presente artículo se basa, primeramente, en una investigación bibliográfica que da cuenta de los propósitos, objetivos y alcances, tanto teóricos como aplicados, de este método, dando cuenta de sus principales giros epistemológicos, ontológicos y conceptuales; después, se presentan algunos principios procedimentales de la EI, además de los campos de estudio en los que se ha aplicado. En segundo lugar, basado en información empírica de trabajo de campo etnográfico en desarrollo en un barrio de Santiago, se propone un ejercicio de análisis que explora en las tensiones entre la vida cotidiana de los habitantes y las intervenciones de un programa de mejoramiento barrial6 . En el caso de la investigación en la que se basa este artículo, el trabajo de campo aún se encuentra en desarrollo, por lo que se presenta la implementación de la primera fase de la metodología propuesta. 

Es importante destacar que la EI es un método que puede ser complementado con otras estrategias de investigación etnográfica, que han mostrado interesantes posibilidades en búsqueda de una perspectiva situada en el campo de los estudios urbanos, tales como las etnografías móviles y multisituadas (Jirón, 2011;Imilán et al., 2015; Spinney, 2011), las etnografías políticas (Auyero, 2012), e incluso las autoetnografías (Iturra, 2014).  

martes, 21 de mayo de 2019

Escuelas Etnograficas

Escuelas Etnograficas

Escuela de etnografía clásica

Los etnógrafos clásicos buscan hacer descripciones comprehensivas de las construcciones y perspectivas materiales de la gente. Se supone que las personas estudiadas comparten una cultura común. Las descripciones reformulan los hechos crudos para meterlos en términos y categorías más simples y universales, tales como parentesco, sistemas de comercio y rituales. Una etnografía clásica es producto de un viaje prolongado durante el cual, el investigador reside con la comunidad estudiada, allí observa y documenta, al mismo tiempo que participa directamente en algunas actividades seleccionadas.

Por lo general quien realice la etnografía clásica, selecciona una o varias personas del grupo para hacer a lo largo del tiempo unas entrevistas más intensas y centradas. Éstos informantes clave influyen mucho sobre el etnógrafo y el contenido resultante de la etnografía; las voces de otros informantes tienden a ser subsumidas por la autoridad de los informantes principales. La facilidad en el lenguaje o lenguajes de los informantes es básica para la credibilidad del etnógrafo, aunque cuando no es posible tenerla, se puede recurrir a intérpretes locales.


Escuela de etnografía sistemática

Fue desarrollada en la década del sesenta por los etnomatemáticos y también es conocida como antropología cognitiva. Los etnógrafos sistemáticos aspiran definir la estructura de la cultura, más que describir a las personas en su interacción social sus emociones y materiales. La fidelidad al conocimiento de los informantes es el criterio número uno de evaluación. Su propósito es describir “el punto de vista nativo”, conocer los “mapas cognitivos” que moldean el comportamiento de un grupo en particular. Se piensa que es posible lograr ese propósito por medio de un análisis sistemático, riguroso, donde los principales datos taxonomías populares de palabras y unidades de nominación y conjunto de términos de contrastes. La técnica de recopilación formalizada de datos y el manejo de la base de datos son destrezas requeridas, y es esencial demostrar competencia en su aplicación.


Escuela de etnografía interpretativa

be descubrir los significados en la interacción social observada. Para esta escuela una buena etnografía proporciona “descripciones densas” de comportamiento humano y guía al lector por entre el análisis consistente en “conjeturar los significados, evaluar lo que se conjetura y sacar conclusiones explicatorias a partir de las mejores conjeturas, y no en descubrir el continente de significado y hacer un mapa de su paisaje incorpóreo” (Muecke, 2003). Esto lleva la etnografía a los niveles más altos del poder analítico, y a la mejor forma de descripción densa es analíticamente elegante. “no es necesario saberlo todo para poder comprender algo”. La inferencia del etnógrafo a partir de la intelección llegada a las “redes de significancia”, forma el compendio a veces mareador de detalles coherentes para el lector. El resultado es una descripción etnográfica que hace que la personas se vuelvan “accesibles: al ponerlas en el marco de sus propias banalidades, disuelve su opacidad”. Lo que distingue las etnografías buenas de las menos buenas es que se puede valorar por el poder de la imaginación científica de ponernos en contacto con la vida de personas extrañas (Muecke, 2003).


Escuela de etnografía crítica 
La escuela de etnografía crítica es la más reciente dentro de la tradición de investigación cualitativa etnográfica. Los etnógrafos críticos ven la etnografía como ficción, creada por las interacciones del etnógrafo y los informantes, a quienes se les considera como coautores y criaturas de sus propios tiempos y culturas. Sostienen que la etnografía es completamente interpretativa, los diferentes etnógrafos crearían diferentes relatos, y por ende, que cualquier interpretación es sólo una posible lectura de la cultura estudiada (Muecke, 2003).

 En esta escuela el etnógrafo es inevitablemente participante durante el texto y su construcción, la etnografía es subjetiva, refleja las posicionen, los valores y la conciencia de quien escribe. A la influencia mutua y dinámica del etnógrafo en el campo de investigación es considerada como el acto de la reflexividad. Las buenas etnografías hacen explicitas la naturaleza de la reflexividad que las modelo. La etnografía crítica presenta un collage impresionista, una imagen que representa sólo un momento y un contexto particulares, no la cultura holística de los etnógrafos interpretativos. Dos tendencias han surgido dentro del campo de la etnografía crítica: la postmoderna y la feminista (Muecke, 2003). En la tendencia Postmoderna, los etnógrafos se preocupan fundamentalmente de la retórica, de la forma de la descripción; consideran que tanto la escritura como la lectura de la etnografía son procesos creativos (Muecke, 2003). 

Debido a sus características en esta sub-clasificación de la escuela del pensamiento crítico se pueden incluir la etnografía interseccional descrita por Boyle (2003).

 En la tendencia Feminista las etnógrafas, en contraste, se orienta principalmente a minimizar su propia explotación de sus informantes y exponer las fuerzas de la opresión contra los grupos menos privilegiados de la sociedad (Muecke, 2003).

 Debido a sus características está sub-clasificación de la escuela del pensamiento crítico se pueden incluir dentro las etnografías particularistas descrita por Morse (2003). Siguiendo los procesos que se desarrollan en las escuelas del pensamiento etnográfico y la clasificación de las etnografías descritas anteriormente, sean estas procesales, las cuales describen algunos aspectos de los procesos sociales de manera funcional o sincrónica (holística, contextual y reflexiva). O binarias es decir, se pueden usar rasgos binarios de una característica dada y su opuesto o una combinación entre ellas (urbanas y rurales).


Referencias

Muecke, Maryorie (2003). “Sobre la evaluación de las etnografías”. En: Asuntos críticos en los métodos de investigación cualitativa. Compilado por: Morse, Juanice. Primera Edición en español. Volumen ISBN. 958-655-5 Colombia. Editorial Universidad de Antioquia. pp. 218-243. 

Características de la Etnografía Institucional

Características de la Etnografía Institucional


En este punro se hace una descripción de las cuatro características de la etnografía propuestas por Boyle (2003): a) La naturaleza contextual y holística. b) El carácter reflexivo. c) El uso de los datos emic y etic. d) El producto final que llamamos etnografías. 

a) Holística y contextual: exige poner la observación y los datos de la entrevista en una perspectiva más amplia, su planteamiento central se basa en que el comportamiento del ser humano sólo se puede entender en contexto; es decir, en el proceso de análisis y abstracción. El etnógrafo no puede separar los elementos del comportamiento humano de su contexto pertinentes, de significados y propósitos, porque es ese contexto el que le permite comprender el comportamiento humano. Su propósito primario es hacer explícitas las interrelaciones entre los diversos sistemas y subsistemas del grupo estudiado.

 Para ello es necesario que el trabajo de campo se realice con gente por largos períodos de tiempo en su ambiente natural, es lo distintivo de la investigación etnográfica (esta característica solo se aplica a las etnografías clásicas u holística). Este debe estar acompañado de la observación participante; la cual caracteriza la mayor parte de la investigación; además, combina la participación de las personas estudiadas con el hecho de mantener la distancia profesional, que permite una adecuada observación y registros de datos, estos aspectos permiten montar un escenario para otras técnicas tales como, la entrevistas, historias de vida entre otros procedimientos de recolección de datos. 

El análisis de los datos que el etnógrafo emplee puede variar según el tipo de etnografía que se esté haciendo o, mínimamente, según la clase de procedimiento de recolección de datos que utilice. La forma exacta como el etnógrafo ordena y selecciona los datos, busca los tipos, los clasifica, los pone en secuencia y los procesa para encontrar patrones en el conjunto dependen también, en alguna medida del tipo de enfoque de la etnografía, de las aptitudes y las preferencias del etnógrafo. El fin de este proceso es reunir o reconstruir los datos en una manera comprensible y constructiva, agrupándolos según modelos, categorías y relaciones significativas (Boyle, 2003).

b) La reflexividad: la etnografía tiene un carácter reflexivo, lo que implica que el investigador es parte del mundo que estudia y está afectado por éste. Esta reflexividad se aprecia en la distinción de la ciencia y el sentido común, entre las actividades del investigador y la de los investigados, yace aquí el corazón tanto del positivismo como del naturalismo; ambas posiciones extremas presuponen “que es posible, al menos en principio, aislar un cuerpo de datos no contaminados por parte del investigador, bien sea volviéndose él un autómata o convirtiéndose en un recipiente neutral de la experiencia cultural” (Boyle, 2003).

La etnografía a veces se halla en medio de estos dos extremos, y el etnógrafo no acepta los datos sin más sino que los considera como un campo de inferencias en las que puede identificar patrones hipotéticos y cuya validez se puede comprobar. Su proceso consiste parcialmente en observación participante y parcialmente en conversaciones o entrevistas; la combinación del que está adentro y del que está afuera permite una intelección más clara de las que puede tener uno de los participantes, es decir, el nativo o el etnógrafo. Los dos puntos de vista puestos lado a lado, produce una tercera dimensión que redondea el cuadro etnográfico.

Es la mezcla de las dos cosas, o más bien la interfaz entre ellas, lo que le da el poder de la reflexibilidad. Así, la buena etnografía produce teoría a partir de la naturaleza reflexiva de la experiencia etnográfica; es siempre más que solo una descripción: es una explicación teórica. El nivel y el poder de la teoría varía de acuerdo con el alcance y el foco de la etnografía (Boyle, 2003).

c) Lo emic y lo etic: la visión emic, desde adentro de lo que sucede y por qué, es básica para comprender y describir con exactitud las situaciones y los comportamientos de los informantes, esto es el corazón de la investigación etnográfica. La perspectiva etic es el marco teórico que se trae desde afuera, en otras palabras las abstracciones del investigador o la explicación científica desde lo que existe de esa realidad. Un análisis de la perspectiva emic y etic requieren de explicación para poder comprender y describir con precisión situaciones y comportamientos.

Ambos puntos de vistas ayudan al etnógrafo a desarrollar interpretaciones conceptuales o teóricas, por lo que suelen usar ambas perspectivas: recolectan los datos a partir de la perspectiva emic de sus informantes y luego tratan de encontrarle el sentido, tanto desde las perspectivas de los informantes como desde su propio análisis científico o etic. Para comprender como se analizan los datos etnográficos, es necesario tener claridad sobre la epistemología del estudio, o sea, sobre si el análisis final representa el punto de vista emic o el etic (Boyle, 2003).

d) El producto final que llamamos etnografías: algunas etnografías son más teóricas y abstractas en términos de las teorías culturales que producen. Su valor radica en los resultados pragmáticos tanto para la teoría como para la práctica. Es tanto un proceso como producto, y como producto suele ser un libro cuyo foco recae sobre un grupo social particular y al mismo tiempo es bastante amplio (Boyle, 2003).



Referencias

Boyle, Joyceen (2003). “Estilos de etnografía”. En: Asuntos críticos en los métodos de investigación cualitativa. Compilado por: Morse, Juanice M. Primera edición en español. Volumen ISBN. 958-655-5 Colombia. Editorial Universidad de Antioquia. Pp. 185-214.

Epistemología de la etnografía

Epistemología de la etnografía 



Fundamentación epistemológica de la etnografía.
La etnografía tiene su génesis en la antropología cultural a través de antropólogos de comienzos del siglo XX, tales como Boas, Malinowki, Radecliffe Brown y Mead y sus estudios de culturas comparativas. Aunque ellos tomaron las ciencias naturales como un modelo de investigación, difirieron de los acercamientos científicos naturales a través de la recolección de datos de primera mano de culturas existentes “primitivas”. 

En los años veinte y treinta, sociólogos como Park, Dewe y Mead en la Universidad de Chicago, adaptaron los métodos del campo antropológico para estudiar grupos culturales en los Estados Unidos. Recientemente, las aproximaciones científicas a la etnografía se han expandido para incluir “escuelas” o subtipos de etnografía con diferentes tendencias teóricas, tales como el funcionalismo estructural, el interaccionismo simbólico, la antropología cultural y cognitiva, el feminismo, el marxismo, la Etnometodología, la teoría crítica, los estudios culturales y el postmodernismo. Esto ha llevado a una distintiva falta de ortodoxia en la etnografía como una aproximación general a la descripción e interpretación de un grupo sociocultural, y los autores necesitan ser explícitos acerca de cuál escuela es la que expone cuando discuten su aproximación, especialmente si ha sido asumida por investigadores en campos fuera de la sociología y la antropología, como las ciencias de la salud y la educación (Creswell, 1998). 

La etnografía se considera una modalidad de investigación en las ciencias sociales que surge de la antropología cultural y de la sociología cualitativa, y se inscribe en la familia de la metodología cualitativa. Se habla de investigación etnográfica o simplemente de etnografía para aludir tanto a procesos por el que se aprende el modo de vida de algún un grupo como al producto de esa investigación: un escrito etnográfico o retrato de ese modo de vida (Paz, 2003). 

La etnografía estudia descriptivamente las culturas y en la sociedad moderna puede asumir para su estudio a una familia, una situación educativa, una fábrica, una empresa, un hospital, una cárcel, un gremio obrero, un club social y hasta un aula de clases, son unidades sociales que pueden ser estudiadas etnográficamente. También, son objetos de estudios aquellos grupos sociales que, aunque no estén asociados o integrados, comparten o se guían por formas de vida y situaciones que los hace semejantes como los alcohólicos, los delincuentes, los homosexuales, las meretrices, los mendigos, etcétera (Martínez, 2007).

Una etnografía es una descripción e interpretación de un grupo social, cultural o un sistema. El investigador examina los patrones observables y aprendidos del comportamiento del grupo, las costumbres y las formas de vida. Como un proceso y como un resultado de investigación, una etnografía es un producto de investigación típicamente encontrado en forma de libro completo. Como un proceso, la etnografía implica una observación prolongada del grupo, típicamente a través de observaciones participativas, en las cuales el investigador está inmerso en las vidas cotidianas de la gente o por medio de entrevistas cara a cara y uno a uno con miembros del grupo. Los investigadores estudian los significados del comportamiento, lenguaje e interacciones de grupos que comparten una cultura (Creswell, 1998). Es necesario aclarar que este procedimiento de observación prolongada se desarrolla para las etnografías clásica u holísticas. 

La etnografía es aplicada a un grupo localizado de personas que comparten numerosas características culturales y sociales similares. Por lo general, los miembros de este grupo suelen tener un gran sentido de solidaridad mutua, basadas en factores comunes de lenguaje, residencia, relaciones sociales, creencias, y prácticas políticas y religiosas. Una etnografía se centra en un grupo de personas que tiene algo en común, un sitio de trabajo, un estilo de vida, una residencia de ciudadanos, o una misma filosofía de la gestión. En su proceso, trata sobre como un etnógrafo intenta aprender o comprender algún grupo humano (Boyle, 2003). 


Una etnografía describe de una población aspectos seleccionados de cómo manejan sus vidas rutinarias, notables y rituales unos con otros en su medio ambiente, las creencias y costumbres que conforman su sentido común sobre su mundo y las herramientas básicas del etnógrafo son la intuición y la percepción para recopilar y analizar los datos, su propósito último es hacer la acción social de una sociedad, o de una subunidad social, comprensible para un público de otra sociedad o para el resto de las mismas personas (Muecke, 2003). El enfoque etnográfico se apoya en la convicción de que las tradiciones, las funciones, lo valores y las normas del ambiente en que se vive se van internalizando poco a poco y generan regularidades que pueden explicar la conducta individual y de grupo en forma adecuada, los miembros de un grupo étnico, cultural o situacional comparten una estructura lógica o de razonamiento que, por lo general, no es explícita, pero que se manifiesta en diferentes aspectos de su vida. 

El objetivo inmediato de un estudio etnográfico es crear una imagen realista y fiel del grupo estudiado, pero su intención y mirar más lejana es contribuir en la comprensión de sectores o grupos poblacionales más amplios que tiene características similares. Trata de presentar episodios que son “porciones de vida” documentados con un lenguaje natural y que representa lo más fielmente posible cómo siente la gente, que sabe, como lo conoce y cuáles son sus creencias, percepciones y modos de ver y entender (Martínez, 2007). 


Uno de los aspectos más satisfactorios del enfoque etnográfico es precisamente el sentirse libre para poder descubrir un problema retador, antes que sentirse obligado a investigar un problema predeterminado que pudiera existir, de hecho, solo en la mente del investigador. Las limitantes para estas investigaciones lo forman el tiempo, los fondos y el personal, muchos investigadores tienen que tomar decisiones en cuanto al área en que debe concentrarse. La decisión estratégica de focalizar un aspecto o una situación particular, frecuentemente implica la desatención, necesaria, de otras áreas importantes (Martínez, 2007). 

Las ventajas que tiene la investigación etnográfica son la flexibilidad y la apertura que le otorga su orientación naturalista y fenomenológica. Por ello, su estudio de campo se caracteriza por sus conocimientos fortuitos. En esencia, este enfoque es holista y molar, es decir, amplio y vasto, que permite ver, describir y comprender las realidades como formas totales estructuradas y complejas, como fenómenos interconectados que se integran y adquieren sentido por sus relaciones e influencia reciproca (Martínez, 2007). 


Para esta orientación metodológica no hay un diseño acabado, este emerge en el transcurso de la investigación; nunca finaliza, sino que estará en constante flujo a medida que la nueva información se acumula y avanza la comprensión de la realidad estudiada. Se considera que la realidad no es estática, única e invariable. Al contrario hay un concepto de la realidad como algo múltiple, variable y en continuo cambio en cuanto a personas, episodios, situaciones, tiempo y circunstancias; de aquí que toda investigación estará muy ligada a una realidad concreta. La comprensión del contexto tiene una función importante en esta orientación; se orienta hacia la compresión de la estructura global circundante que dará sentido a cada una de las partes que la integran (Martínez, 2007).




Referencias

Martínez, Miguel (2007). Ciencia y Arte en la Metodología Cualitativa. Primera Edición. México. Editorial Trillas. Páginas consultadas: 101-109, 181-203


Boyle, Joyceen (2003). “Estilos de etnografía”. En: Asuntos críticos en los métodos de investigación cualitativa. Compilado por: Morse, Juanice M. Primera edición en español. Volumen ISBN. 958-655-5 Colombia. Editorial Universidad de Antioquia. Pp. 185-214.

domingo, 19 de mayo de 2019

Etnografia institucional como sistema de protección de niños, niñas y adolescentes.

Etnografia institucional como sistema de protección de niños, niñas y adolescentes.

El uso de Etnografía Institucional (EI) como método de investigación se empezó a usar gracias a la necesidad de entender qué era lo que estaba pasando dentro del Sistema de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, especialmente en lo que se refiere a aquellos NNA que han experimentado cualquier tipo de violencia, abuso o explotación, incluyendo la explotación sexual comercial.
institución se refiere a una coordinación e unión de las series de actividades organizadas como un complejo funcional…la manera en la cual las actividades se  encuentran relacionadas para realizar una función particular (Smith, 1987:160)
Cuando nos referimos a los procesos institucionales que están a cargo de la protección de NNA, estamos hablando del esfuerzo organizado, de las actividades que permiten o bloquean la protección de NNA, de la serie de acciones a través de las cuales organismos dicen cumplir con la protección de los “derechos’ de NNA (Smith, 1987, 1990, 1999).
Para la etnografía institucional del sistema de protección de NNA que han experimentado cualquier tipo de violencia, como abuso o algún tipo de explotación utilizó tres procedimientos:
a. Mapeo y descripción de las prácticas cotidianas de aquellos profesionales encargados de proveer servicios
b. Identificación de los marcos de referencia discursivos que hacen al sistema responsable de sus prácticas
c. Revisión de la conexión entre las “prácticas de trabajo,” los procesos discursivos y las relaciones históricosociales que han reconstruido el sistema
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Etnografo en una escuela como institucion

Etnografo en una escuela como institución

El uso de la etnografía en el análisis de la experiencia escolar provee de mayor claridad sobre la efectividad de las acciones institucionales dirigidas a la mejora educativa.
Los profesores están capacitados para ver la escuela como: una dimensión de la realidad social, un mundo con sus códigos y normas, un lugar donde los alumnos aprenden y,más importante, cómo se adquieren y se imparten los conocimientos.
Pero, no basta con ser un maestro para ser un etnógrafo de su propia actividad. También es imprescindible vivir como un ser humano frente a otros seres humanos, que son desde luego un poco más jóvenes, pero no menos humanos; se necesita salir de la enseñanza rutinaria adquirida en las escuelas para colocarse en el lugar del descubrimiento, de la exploración, y relacionarse con mayor facilidad con los estudiantes, como investigador. Por lo tanto, en esta nueva postura, el profesor podrá ver su clase como el etnólogo que aprende a conocer una tribu extraña y descubre un nuevo mundo.
De hecho, como menciona Schutz, científico poco conocido de la fenomenología social: “Llevar a cabo una investigación requiere de curiosidad, deseo de aprender cosas nuevas, tener espíritu de aventura, reconocimiento de que lo que hago es imperfecto, sin embargo, la enseñanza consiste en tomar decisiones, eliminar la duda y la incertidumbre”. Da una orientación importante a quien quiera tener los medios para transformar al profesor en alto mando de la instrucción.La postura etnográfica permite lanzarse a lo práctico y a la práctica.
Los británicos tienen una historia diferente,el maestro atraviesa por un “compromiso estratégico”, estrategias de supervivencia que le permiten desarrollarse. El maestro debe enseñar, pero también se encuentra con situaciones institucionales difíciles y debe posicionarse en ellas.
La etnografía ofrece una perspectiva totalmente diferente al diseño convencional, donde la escuela es conocida ya sea como un lugar donde se transmite el conocimiento o como un lugar de educación. Para el etnógrafo la escuela es un mundo que se desenvuelve incesantemente a través de la relación de sus protagonistas.
Es probable que este enfoque les interese a todas aquellas personas implicadas en el mundo de la escuela (profesores, padres, administrativos, agentes de servicio y, por supuesto, a los estudiantes), como a los profesionales que trabajan en el campo de la educación en sentido amplio, es decir, todos los involucrados de una u otra manera, en el fenómeno educativo: todo el mundo.

El uso de la etnografía en el análisis de la experiencia escolar provee de mayor claridad sobre la efectividad de las acciones institucionales dirigidas a la mejora educativa.

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Objeto de estudio de la etnografia

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Objeto de estudio de la etnografia.

La etnografía,trata de entender cómo vive la gente y qué la impulsa, sus relaciones con las
demás personas, las reglas (la mayoría implícitas) que rigen su comportamiento, el significado
de su lenguaje, su aspecto, y la conducta de las personas. Los socio-etnógrafos tienen un interés
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especial en los factores sociales relacionados con las diferencias entre los grupos, como la clase
social, etnia, género, generaciones, el medio ambiente, y los medios de comunicación.
La etnografía de la escuela se interesa también en los métodos de enseñanza, en el control que
tienen los profesores y las habilidades de los estudiantes para responder a las estrategias de los
maestros.
La etnografía de la escuela puede tener un interés muy práctico para los profesores.
Se dedica a sus problemas como individuos y no sólo como miembros que ejercen una profesión;
con especial énfasis en la importancia de la estrategia con la que organizan su trabajo, sus relaciones
e incluso su forma de trabajar en contextos difíciles.
Otros aspectos del proceso etnográfico pueden ser benéficos para el educador, hay una dimensión
terapéutica a través de las historias de vida, como algún tipo de investigación-acción que marca la
etnografía en este enfoque específico, que es la observación participativa.

jueves, 25 de abril de 2019

La etnografía institucional en un ambiente educativo

Etnografía Educativa


Se debe decir que la incursión de este tipo de etnografía ha sido inusual en eL área de la educación y su aplicación se ha limitado al análisis de la congruencia de ciertas políticas públicas dirigidasa la educación; pero en mayor medida, su aplicación se limita a la exploración del entorno laboral en instituciones gubernamentales a través de la identificación de problemáticas internas.


Mencionado por los autores, uno de los primeros desarrolladores de la etnografía institucional fue James Ferguson (1990) y luego en colaboración con Larry Lohnmann (1994) expone que la intervención de un proyecto de desarrollo no se basa en las necesidades reales del entorno social, sino –por el contrario–, la realidad social del medio da pie a la proliferación de empresas o agencias de desarrollo que al fin de cuentas influyen sobre la vida social y económica de la población en cuestión (Pineda et al., 2006: 285).



En el siguiente vídeo se muestran algunas características sobre la etnografía educativa, así como el papel que debe tener el etnógrafo, da click para ver el ver el vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=wq0dD26wL-A

Etnografía Institucional


Etnografía Institucional


En un intento por deslindarse de la etnografía clásica (descripción densa de Clifford Geertz o la realizada por Bronislaw Malinows-ki), James Clifford (1991; mencionado en Pineda et al., 2006) plantea la posibilidad de una etnografía moderna; a partir de esta propuesta, fundamentada en el tema de la autoridad etnográfica y del análisis de los discursos, surge la propuesta para entender a la etnografía institucional como: “la metodología que contextualiza y analiza los discursos, dentro de los cuales se establecen las relaciones y negociaciones entre al menos dos y habitualmente más sujetos (instituciones), conscientes y políticamente significantes en las intervenciones y entre los arreglos institucionales, para resolver los problemas socialmente construidos”.


Mencionado por los autores, uno de los primeros desarrolladores de la etnografía institucional fue James Ferguson (1990) y luego en colaboración con Larry Lohnmann (1994) expone que la intervención de un proyecto de desarrollo no se basa en las necesidades reales del entorno social, sino –por el contrario–, la realidad social del medio da pie a la proliferación de empresas o agencias de desarrollo que al fin de cuentas influyen sobre la vida social y económica de la población en cuestión (Pineda et al., 2006: 285).

El Método Etnográfico

Etnografía



La etnografía es un método holístico y forma parte de un proceso de investigación que solo se puede entender desde su relación con todas sus partes; esto quiere decir, la etnografía, forzosamente debe estar compuesta por el discurso, el imaginario, el comportamiento y la historia de quienes habitan en ella.

Esta no será tomada como válida si es mera descripción comportamental de una sociedad y de su entorno físico. Lo mismo ocurre si no se integran creencias y reglas sociales formales y cotidianas. Por repetitivo que parezca, entender la etnografía solo como  un proceso de descripción es subestimar los alcances de un método de análisis del material empírico adquirido en campo.

El método etnográfico debe ir más allá de la descripción, particularmente, en la observación, y recurrir a la integración no solo de otras herramientas, sino además de reflexiones surgidas en trabajo de campo y durante la cautelosa delineación de los detalles de una sociedad o grupo escolar. Más específicamente, la etnografía debe tomarse, en su versión integral, como una especie de descripción reflexiva de la realidad en su conjunto. Es el resultado no solo de la observación, sino también de la conversación, de la fotografía, de la encuesta, de la bibliografía y contenido documental, y de la subjetividad del investigador. En una frase, es la descripción problematizada.


Para ver una explicación sobre la investigación etnográfica da click en el link: https://www.youtube.com/watch?v=cw10SeZmkAE

martes, 5 de marzo de 2019

Dorothy Smith


Dorothy E. Smith, nació el 6 de julio de 1926 en Northallerton Yorkshire, Inglaterra.

Es una socióloga canadiense con intereses de investigación en sociología y muchas otras disciplinas, incluyendo estudios sobre la mujer, psicología y estudios educativos, así como sub-campos de la sociología, incluyendo teoría feminista, estudios familiares y metodología. También fundó las subdisciplinas sociológicas de la teoría del punto de vista feminista y la etnografía institucional.



Se fue a Estados Unidos para ir a la escuela de posgrado, conoció a su esposo, se casó y tuvo dos hijos mientras obtenía su doctorado. Comenzó a enseñar Sociología, y fue la única mujer que enseñaba en una facultad, de cuarenta y cuatro. Hubo tres momentos importantes en su vida intelectual: iba a la London School of Economics, y donde quedó fascinada con la sociología. Fue un curso impartido por Tamotsu Shibutani en Berkeley sobre George Herbert Mead, que sentó las bases para un posterior compromiso profundo con la fenomenología de Maurice Merleau-Ponty. Finalmente, el movimiento de mujeres.

Fue influenciada por Karl Marx. Su trabajo se volvió muy importante para ella de muchas maneras, en parte debido a la política, pero mucho más como un método de pensamiento que la ayudó a desarrollar una sociología para las mujeres y lo que ahora se piensa como una sociología para las personas.

Siguiendo a Smith (2006), la Etnografía Institucional (EI) "no pretende ser una manera de descubrir el mundo cotidiano como tal, sino mirar más allá de lo cotidiano para descubrir cómo llegó a suceder como lo hace". La EI plantea una manera de analizar los fenómenos sociales explicitando a los investigadores en el lugar que están situados, y haciendo de la "experiencia directa del mundo cotidiano el terreno primario de su conocimiento" (Smith, 1974).



La EI, para Smith es un modo de acercamiento que toma un "diferente punto de partida". 
El objetivo es, sin duda, rastrear cómo se moldean las vidas de las personas.