Etnografía institucional como
aproximación al habitar cotidiano
El presente artículo indaga en el enfoque de investigación y
metodología de Etnografía Institucional (EI) como un modo de
acercamiento teórico y metodológico a los fenómenos sociales,
tomando como punto de partida las experiencias cotidianas, situadas y encorporadas. En particular, la EI se ha desarrollado
para develar la manera en que las personas vivencian procesos
institucionales de control en la vida cotidiana, cómo los sujetos se
relacionan con complejos institucionales y cómo éstos moldean el
continuo de sus vidas cotidianas. Siguiendo a Smith (2006, p. 3),
la EI “no pretende ser una manera de descubrir el mundo cotidiano como tal, sino de mirar más allá de lo cotidiano para descubrir
cómo llegó a suceder como lo hace”. La EI plantea una manera de
analizar los fenómenos sociales explicitando a los investigadores
en el lugar que están situados, y haciendo de la “experiencia directa del mundo cotidiano el terreno primario de su conocimiento” (Smith, 1974, p. 11).
La EI pone énfasis en una forma de generar conocimiento
con foco en la experiencia de los sujetos, que es siempre localizada y particular (Smith, 1987). De acuerdo con Dorothy Smith
(1992), la EI es un modo de acercamiento que toma un “diferente punto de partida” (standpoint), que comienza en la experiencia cotidiana para, a partir de ella, identificar las problemáticas de investigación, entendidas como un desajuste entre lo
que es experimentado por las personas en su cotidianidad y la
abstracción que se realiza sobre ellas por medio de un régimen
institucional que produce relaciones de control. En definitiva, el
objetivo es rastrear cómo se moldean las vidas de las personas
(Deveau, 2008).
De esta forma, la EI se diferencia de la Etnografía de las instituciones, desarrollada desde la Antropología en trabajos como los
de Shore (2000), Fassin (2013 [2011]) o Lins-Ribeiro (2001), ya que
esta última considera a las instituciones en sí mismas como locus
del trabajo de campo etnográfico, indagando los efectos que una organización singular tiene sobre las experiencias de individuos
concretos. Mientras que la EI rastrea, a partir de la experiencia situada, cómo opera un régimen institucional amplio, modelando
translocalmente esas experiencias, a través de la generación de
relaciones de control que operan simultáneamente en diferentes
localizaciones.
La EI toma su impulso desde una Sociología feminista (Smith,
1992, 1990 y 1987) y posteriormente se propaga a una variedad de
campos y disciplinas de investigación, principalmente en torno a
la crianza (Griffith y Smith, 2004; Griffith, 1995), la salud (Campbell, 2014; Paulsen, 2015; Ng et al., 2013; Rankin y Campbell,
2006 y 2009) y la educación (Griffith y Smith 2004; Grahame,
1998; O’Neill, 1998; Griffith, 1995), así como se ha desarrollado
con bastante éxito en diversos contextos debido a su capacidad
explicativa y comprensiva. Sin embargo, la amplia literatura en
EI, principalmente en inglés, aún es poco trabajada en América
Latina y adaptada a procesos locales, menos aún se ha aplicado
para comprender el accionar de intervenciones urbanas.
Este artículo tiene dos propósitos: por un lado, presentar los
puntos fundamentales de análisis de esta estrategia como herramienta de investigación y, en segundo término, explorar una
puesta en práctica en el campo de los estudios urbanos.
La ciudad es habitada por medio de una diversidad de prácticas cotidianas que se contraponen, resisten y subvierten el conocimiento experto sobre esta, a partir de diversos saberes y conocimientos de carácter cotidiano (Jirón y Mansilla, 2014). No obstante,
las intervenciones urbanas se sustentan hegemónicamente en conocimientos expertos de carácter tecnocientífico de orden positivista, que tiende a generar un impacto directo sobre la territorialidad de los habitantes, moldeando la experiencia de habitar la
ciudad a través de su fragmentación espacial y temporal.
El presente artículo se basa, primeramente, en una investigación bibliográfica que da cuenta de los propósitos, objetivos y
alcances, tanto teóricos como aplicados, de este método, dando
cuenta de sus principales giros epistemológicos, ontológicos y
conceptuales; después, se presentan algunos principios procedimentales de la EI, además de los campos de estudio en los que se
ha aplicado. En segundo lugar, basado en información empírica
de trabajo de campo etnográfico en desarrollo en un barrio de
Santiago, se propone un ejercicio de análisis que explora en las
tensiones entre la vida cotidiana de los habitantes y las intervenciones de un programa de mejoramiento barrial6
. En el caso de la
investigación en la que se basa este artículo, el trabajo de campo
aún se encuentra en desarrollo, por lo que se presenta la implementación de la primera fase de la metodología propuesta.
Es importante destacar que la EI es un método que puede ser
complementado con otras estrategias de investigación etnográfica, que han mostrado interesantes posibilidades en búsqueda
de una perspectiva situada en el campo de los estudios urbanos,
tales como las etnografías móviles y multisituadas (Jirón, 2011;Imilán et al., 2015; Spinney, 2011), las etnografías políticas (Auyero, 2012), e incluso las autoetnografías (Iturra, 2014).